PEDRO EL FLOJO

Cierta vez había un joven llamado Pedro que era muy flojo, no le gustaba trabajar ni hacer nada por eso sus hermanos no lo querían, lo odiaban, entonces un día decidió abandonar a su familia e ir en busca de una vida mejor.
Un día muy temprano acomoda sus alimentos y sus cosas para el largo viaje que ha de tener, sus hermanos sospechando sus intenciones plañeron seguirlo y ponerlo en peligro.
Pedro iba caminando y en el trayecto encontró un grupo de hormigas que iban caminando muy despacio, entonces pensó ¡seguro están muy hambrientas¡ entonces dijo voy a darles de mi almuerzo y les puso el arroz que llevaba. Las hormigas comenzaron a comer, enseguida él emprendió su marcha, no muy poco de haber avanzado encontró una laguna con el agua a punto de secarse y en el fondo un pececito, entonces pensó que ese pobre pececito podía morirse y dijo voy a echarle un poco de mi agua, de pronto el pececito empezó a saltar de alegría, sonriendo entonces prosiguió su marcha hasta llegar a un pueblo.
Pedro ya instalado en el pueblo escuchó un rumor que el rey había pasado un fin de semana con toda su familia en la playa, y que se le había caído su anillo en el agua del mar y que aquella persona que lo encontrara y se lo devolviera le daría a cambio una recompensa y si no lo mataba. Los hermanos de Pedro dijeron al rey que su hermano lo encontraría, el rey entonces envió a traer a Pedro y le preguntó que su sabía nadar a lo cual él respondió que no, el rey no comprendió y le dijo que si no lo encontraba lo mataría.
Pedro se dirigió a la orilla del mar muy triste preguntándose cómo encontraría el anillo del rey, entonces se le apareció un pececito y le preguntó ¿Por qué esta triste amigo?, entonces Pedro comenzó a explicarle todo lo que le venía sucediendo y la fuerte amenaza del rey.
No te preocupes - le dijo el pececito yo te ayudaré, recuerdas que tú fuiste el que me salvó de morir en aquella laguna, ahora me toca a mi devolverte el favor que me hiciste, por que a ti te debo la vida. El pececito se dirigió hacia lo más profundo del mar y reunió a todos su amigos peces, desde el pez espada hasta un enorme y tiburón y les relato lo que le pasaba a su gran amigo, todos ellos emprendieron la búsqueda, hasta que de pronto un atún que se paseaba horondo llevando en su pico un objeto brillante, y preguntó: ¿es esto lo que buscan ansiosos?, yo lo encontré, pero como no lo necesito y sé que ustedes si se los entrego. El pececito con gran rapidez salió hacia la zona abisal del mar y entregó el anillo a su amigo, Pedro muy agradecido da las gracias infinitas a su amigo.
Pedro contento regresa al palacio para ver al rey y devolverle su anillo, el rey muy contento por haber recuperado su anillo le dice a Pedro: Toma aquí está tu dinero, disfruta tu recompensa. Pedro se retira muy feliz.
Al día siguiente el rey nuevamente está dando una recompensa a aquella persona que fuera capaz de comerse una habitación llena de pan. Los hermanos de Pedro nuevamente van a proponer al rey que su hermano asumiría ese reto. El rey nuevamente envía traer a Pedro y lo interroga: ¿Serías capaz de comerte esa habitación llena de pan?, - recuerda que si no lo haces te mato –
El rey le da a Pedro un día de plazo para que se coma toda esa habitación llena de pan. En esta ocasión Pedro se pone aun más triste que la primera ocasión por qué cree que no puede lograrlo. Ya por la tarde se le aparecieron muchas hormiguitas y le preguntaron: ¿Qué te pasa Pedro?, a lo cual Pedro solo atinó a contarles su problema, - No te preocupes – nosotras te ayudaremos, todo nuestro ejército se encargará de esta labor, ¿Pero por qué razón lo harán?, cómo no te acuerdas que tú nos ayudaste y nos diste de comer en aquella ocasión, cuando nosotras estábamos muy hambrientas. Entonces las hormiguitas comenzaron a cargar todo el pan toda la noche. Al amanecer el rey llega al cuarto de pan y se da con la sorpresa de que ya no había nada. Nuevamente el rey vuelve a felicitarlo y darle lo acordado. Pedro muy feliz y como ya no quería más problemas y además ya tenía mucho dinero decide regresar a su pueblo pero ya no a su casa.
Al regreso compra una casa en el mismo pueblo que vivía su familia y esporádicamente la va a visitar y vive muy pero muy feliz.